top of page
paintings_jesus_christ_artwork_akiane_kr

¿Quién es Jesús?

Jesucristo es, sin lugar a dudas, el personaje más importante de la historia, un líder sin igual. Gran parte de su vida transcurrió en un lugar remoto e insignificante: el Mar de Galilea al norte de Israel.

 

Su oficio fue el de carpintero, y su fama se difundió por mostrar afecto y entregarse incondicionalmente a marginales y pecadores. Alcanzó notoriedad por cerca de 3 años debido a las señales milagrosas que ejecutaba y la compasión que demostraba hacia todos. Sus discípulos, eran personas modestas y apasionadas del sentido eterno que transmitía su vida.

 

Recibió la oposición de las élites políticas y religiosas de su nación, por divulgar un mensaje en contra de la espiritualidad falsa, superficial y mercantilista, fuente de ganancia para algunos y causa de exclusión para otros.

 

Fue traicionado por un compañero de equipo, Judas Iscariote, al parecer el más educado de todos y a quién le había confiado las finanzas de su misión.

Sin embargo, poco después sus seguidores salieron por todas partes diciendo haberle visto resucitado, y dispuestos a llevar su causa hasta el fin del mundo.

 

Nunca escribió un libro, pero su mensaje pasó a la historia dividiendo el tiempo en dos, e influyendo en los más grandes intelectuales de la humanidad. Como ellos, te desafiamos e invitamos a considerar los siguientes hechos como respuesta a los problemas de nuestra sociedad:

 

De nada sirve cambiar las estructuras en tanto la naturaleza humana permanezca igual. Más educación no ha generado precisamente hombres honestos. El poder adquisitivo no ha cultivado necesariamente hombres justos. Los sistemas políticos no han producido objetivamente funcionarios congruentes.

 

Es urgente un cambio espiritual individual que resultará en un cambio espiritual con alcances colectivos. Cada quien necesita atender esta área de su vida, tanto como las otras.

 

Por lo tanto, te invitamos a aceptes a Jesús en tu corazón y que empieces a vivir una nueva vida… tu verdadera vida… una vida con propósito.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él”. Juan 3:16 y 17

“Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. Juan 14: 6

El propósito de vivir.

 

Piense en un martillo. Está diseñado para clavar. Para eso fue creado. Ahora imagine que al martillo nunca se le da uso. Solo está guardado en la caja de herramientas. Al martillo no le importa.

 

Pero ahora imagine ese mismo martillo con un alma, consciente de sí mismo. Pasan y pasan los días y él sigue en la caja de herramientas. Se siente extraño adentro, pero no está exactamente seguro porqué. Algo falta, pero no sabe que es.

 

Entonces un día alguien lo saca de la caja de herramientas y lo usa para quebrar algunas ramas para la chimenea. El martillo está muy feliz. Al martillo le encanta ser sostenido, esgrimido y estar golpeando las ramas. Sin embargo al finalizar el día, aún no se siente realizado. El golpear las ramas fue entretenido, pero no fue suficiente. Algo falta todavía.

 

En los días siguientes es usado a menudo. Reforma una tapa de rueda, destruye una plancha de yeso, restituye la pata de una mesa. Sin embargo, aun se siente no realizado. Ansía más acción. Quiere que lo usen tanto como sea posible para derribar, quebrar, arruinar, abollar cosas. Se imagina que no ha tenido suficiente de estos acontecimientos para satisfacerlo. Más de lo mismo, cree es la solución a su falta de realización.

 

Entonces un día alguien lo usa en un clavo. De repente, se encienden las luces en su alma de martillo. Ahora entiende para que fuera verdaderamente diseñado. Fue para golpear clavos. Todas las otras cosas que él golpea palidecen en comparación. Ahora sabe lo que su alma de martillo estaba buscando todo el tiempo.

 

Hemos sido creados a la imagen de Dios para tener una relación con él. Tener esa relación es la única cosa que va a satisfacer esencialmente nuestras almas. Hasta que llegamos a conocer a Dios, habremos tenido muchas experiencias maravillosas, pero no hemos dado en el clavo. Hemos sido usados para algunos nobles propósitos, pero no para el que fuimos esencialmente creados, no para el que a través del cual encontraremos: la mayor realización.

 

Una relación con Dios es lo único que calmará nuestros anhelos. Jesús dijo, Yo soy el pan de vida: el que a mi viene, nunca tendrá hambre; y el que en mi cree, no tendrá sed jamás.” Estamos hambrientos y sedientos en la vida hasta que llegamos a conocer a Dios.

 

 

Nuestro mayor anhelo es conocer a Dios, tener una relación con él. .. Por qué? Porque esa es la manera como hemos sido creados. ¿Ya ha dado en el clavo?

  • Primera Ley

  • Segunda Ley

  • Tercera Ley

  • Cuarta Ley

  • Así como hay leyes naturales que rigen el universo, también hay leyes espirituales que rigen nuestra relación con Dios. A continuación se las referimos.

 

 

DIOS LE AMA Y TIENE UN PLAN MARAVILLOSO PARA SU VIDA.

 

El amor de Dios: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en El cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” San Juan 3:16

El plan de Dios: Cristo afirma “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” Una vida completa y con propósito. San Juan 10:10

  • ¿Por qué hay personas que no están experimentando esta “vida en abundancia”?, porque:

 

 

EL HOMBRE ES PECADOR Y ESTA SEPARADO DE DIOS.

 

El hombre es pecador y está separado de Dios; por lo tanto no puede conocer ni experimentar el amor y el plan de Dios para su vida.

El hombre es pecador: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.”Romanos 3:23

 

El hombre fue creado para tener comunión con Dios, pero debido a su terca voluntad egoísta, escogió su propio camino y su relación con Dios se interrumpió. Esta voluntad egoísta caracterizada por una actitud de rebelión activa ó indiferencia pasiva, es evidencia de lo que la Biblia llama pecado.

El hombre está separado de Dios: “Porque la paga del pecado es muerte…” [O sea separación espiritual de Dios.] Romanos 6:23

 

Dios es santo y el hombre pecador. Un gran abismo los separa. El hombre está tratando continuamente de alcanzar a Dios y la vida en abundancia y cruzar este abismo de separación mediante sus propios esfuerzos: la religión; la moral; la filosofía y las buenas obras, entre otras cosas.

  • La tercera ley nos da la única solución a este problema:

J

ESUCRISTO ES LA ÚNICA PROVISIÓN DE DIOS PARA EL PECADOR. SOLO EN EL PUEDE USTED CONOCER Y EXPERIMENTAR EL AMOR Y EL PLAN DE DIOS PARA SU VIDA.

El murió en nuestro lugar: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” Romanos 5:8

El resucitó: “Cristo murió por nuestros pecados… fue sepultado, y… resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; apareció a Cefas, y después a los doce. Después apareció a más de quinientos…” 1a Corintios 15:3-6

Es el Único Camino: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por Mí” San Juan 14:6

Dios ha cruzado el abismo que nos separa de El al enviar a Su Hijo, Jesucristo, a morir en la cruz en nuestro lugar.

 

No es suficiente conocer estas leyes y aun aceptarlas intelectualmente.

  • DEBEMOS INDIVIDUALMENTE RECIBIR A JESUCRISTO COMO SEÑOR Y SALVADOR PARA PODER CONOCER Y EXPERIMENTAR EL AMOR Y EL PLAN DE DIOS PARA NUESTRAS VIDAS.

Debemos recibir a Cristo: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.” San Juan 1:12

Recibimos a Cristo mediante la Fe: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” Efesios 2:8-9

Recibimos a Cristo por medio de una Invitación personal: Cristo dice “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él…” Apocalipsis 3:20

El recibir a Cristo comprende un cambio de actitud hacia Dios, confiar en Cristo, para que El entre a nuestras vidas y perdone nuestros pecados.

bottom of page